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Luchar contra uno mismo

«El verdadero combate comienza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.»

André Malraux (1901-1976) Novelista, aventurero y político francés.

La Oratoria, la Retórica y la Estructura de un Discurso: Guía Completa para Hablar en Público

La oratoria y la retórica son artes ancestrales que han sido fundamentales en la comunicación humana desde tiempos remotos. Ambas se definen como el estudio y la práctica del uso persuasivo del lenguaje para influir en las opiniones, actitudes y comportamientos de la audiencia. A lo largo de la historia, los grandes oradores y retóricos han sido capaces de inspirar, motivar y movilizar a las masas con sus discursos poderosos y elocuentes. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la oratoria, la retórica y la estructura de un discurso, su importancia y algunas técnicas comunes utilizadas en estas artes.

¿Qué es la Oratoria?

Qué es la Oratoria

La oratoria es el arte de hablar en público de manera efectiva, persuasiva y convincente. Es una habilidad invaluable en todos los ámbitos de la vida, desde el ámbito profesional hasta el personal. La importancia de la oratoria radica en su capacidad para influir en las opiniones, actitudes y comportamientos de los demás. En el ámbito profesional, las personas con habilidades sólidas de oratoria tienen una ventaja significativa al comunicar ideas, liderar equipos, negociar acuerdos y presentar propuestas de manera efectiva.

Características de la Oratoria

1. Claridad y Coherencia

Una característica distintiva de un buen orador es su capacidad para comunicar ideas de manera clara y coherente. Esto implica la habilidad de expresarse de manera concisa y fácilmente comprensible, evitando el uso de jerga innecesaria o palabras rebuscadas que puedan confundir a la audiencia. Un discurso claro y bien estructurado facilita la comprensión y retención del mensaje por parte del público, lo que aumenta la efectividad del orador en transmitir su mensaje.

2. Convicción y Credibilidad

La persuasión efectiva requiere que el orador tenga convicción en sus palabras y una sólida credibilidad en el tema que está tratando. Los oyentes están más inclinados a creer y seguir a alguien que demuestra pasión y autenticidad en su discurso, así como un profundo conocimiento y experiencia en el tema que están abordando. La credibilidad del orador se construye a través de su reputación, experiencia, educación y habilidad para respaldar sus argumentos con evidencia sólida y convincente.

3. Emotividad y Empatía

Emotividad y empatía en la Oratoria

La capacidad de conectar emocionalmente con la audiencia es una característica clave de la oratoria efectiva. Los mejores oradores son aquellos que pueden despertar emociones en su audiencia, ya sea inspirando esperanza, generando empatía o provocando acción. Esto requiere una comprensión profunda de las emociones humanas y la habilidad para articular el mensaje de manera que resuene con las experiencias y valores de la audiencia. La empatía también implica escuchar activamente las preocupaciones y necesidades de la audiencia y adaptar el discurso en consecuencia.

4. Elocuencia y Estilo Personal

La elocuencia, o la habilidad de hablar de manera fluida y expresiva, es una característica distintiva de los grandes oradores. Sin embargo, la elocuencia no se trata solo de tener un vocabulario extenso o una voz melodiosa; también se trata de tener un estilo personal único que refleje la personalidad y el carácter del orador. Cada orador tiene su propio estilo de hablar, gestos y expresiones que lo hacen único y memorable. Cultivar un estilo personal auténtico y cautivante es clave para destacar como orador y captar la atención de la audiencia.

5. Adaptabilidad y Flexibilidad

La capacidad de adaptarse a diferentes audiencias, contextos y situaciones es una habilidad esencial para cualquier orador. Esto implica la capacidad de ajustar el tono, el lenguaje y el contenido del discurso para adaptarse a las necesidades y expectativas de la audiencia, así como para responder de manera efectiva a cualquier imprevisto o cambio en el entorno. Ser flexible y adaptable en el escenario garantiza que el mensaje del orador llegue de manera efectiva a la audiencia y maximiza el impacto de su discurso.

Cómo Hablar en Público: Guía para Desarrollar tus Habilidades de Oratoria

Hablar en público puede ser intimidante, pero con práctica y técnicas adecuadas, cualquiera puede aprender a comunicarse de manera efectiva y persuasiva frente a una audiencia. A continuación, exploraremos paso a paso cómo mejorar tus habilidades de oratoria y convertirte en un orador confiado y convincente.

Conoce a tu Audiencia

Cómo hablar en público con Oratoria

Antes de empezar a preparar tu discurso, es fundamental conocer a tu audiencia. Investiga sobre su edad, intereses, nivel de conocimiento sobre el tema y expectativas. Esta información te ayudará a adaptar tu discurso para conectar mejor con ellos y mantener su atención.

Organiza tu Discurso de Forma Lógica

Un discurso bien estructurado es clave para mantener la atención de la audiencia y transmitir tu mensaje de manera efectiva. Divide tu discurso en tres partes principales: introducción, desarrollo y conclusión.

Practicar, Practicar y Practicar

Practica tu oratoria antes de hablar en público

La práctica constante es esencial para mejorar tus habilidades de oratoria. Practica tu discurso frente al espejo, con amigos o familiares, o incluso grabándote a ti mismo para identificar áreas de mejora y ganar confianza. Practicar también te ayudará a familiarizarte con el contenido de tu discurso y a reducir la ansiedad escénica.

Controla tu Lenguaje Corporal

Tu lenguaje corporal juega un papel crucial en la comunicación no verbal y puede afectar cómo se percibe tu mensaje. Mantén una postura erguida y abierta, utiliza gestos naturales y mantén contacto visual con tu audiencia para transmitir confianza y credibilidad.

Utiliza la Voz de Manera Efectiva

Varía el tono, la velocidad y el volumen de tu voz para enfatizar puntos importantes, mantener el interés de la audiencia y evitar que tu discurso suene monótono. También es importante hablar claramente y pronunciar las palabras correctamente para que la audiencia pueda entender tu mensaje fácilmente.

Sé Auténtico y Apasionado

Maneja los nervios al hablar en público

Los mejores oradores son aquellos que hablan con autenticidad y pasión sobre su tema. Muestra tu entusiasmo y emoción por lo que estás hablando, ya que esto ayudará a captar la atención de la audiencia y a hacer que tu mensaje sea más convincente y memorable.

Maneja los Nervios

Es normal sentir nervios antes de hablar en público, pero hay técnicas que puedes utilizar para controlar la ansiedad escénica. Respira profundamente, practica técnicas de relajación como la visualización o la meditación, y recuerda que tu audiencia está de tu lado y quiere que tengas éxito.

¿Qué es un Discurso?

Un discurso efectivo va más allá de meras palabras; es una narrativa meticulosamente organizada que tiene el poder de influir, inspirar y cautivar a la audiencia. A continuación, exploraremos la importancia de la estructura en un discurso y analizaremos los elementos clave que lo componen.

¿Por qué es importante la estructura de un discurso?

La estructura de un discurso es fundamental porque proporciona un marco organizativo que facilita la comprensión y retención del mensaje por parte de la audiencia. Una estructura clara y coherente ayuda al orador a organizar sus ideas de manera lógica y a transmitirlas de manera efectiva, lo que aumenta la probabilidad de captar la atención y el interés de la audiencia.

Elementos de la Estructura de un Discurso

Estructura de un discurso para oratoria

Un discurso bien estructurado consta de varios elementos interrelacionados que trabajan juntos para transmitir el mensaje de manera efectiva. A continuación, analizaremos cada uno de estos elementos en detalle:

Introducción

La introducción es la parte inicial del discurso y cumple la importante función de captar la atención de la audiencia y establecer el tono y el propósito del discurso. Para lograr esto, la introducción puede comenzar con una anécdota, pregunta provocativa, cita famosa o estadística impactante que despierte el interés de la audiencia y la invite a escuchar con atención. Además, la introducción debe presentar el tema del discurso de manera clara y concisa, así como establecer la relevancia y la importancia del mismo para la audiencia.

Desarrollo

El desarrollo es la parte central del discurso y se encarga de presentar los argumentos principales, ejemplos, evidencias y detalles que respaldan el tema y el propósito del discurso. Esta sección suele estar dividida en varios párrafos o secciones, cada uno dedicado a un punto específico o tema relacionado con el tema general del discurso. Es importante que los argumentos estén organizados de manera lógica y coherente, y que haya una transición fluida entre ellos para mantener el interés de la audiencia y facilitar la comprensión del mensaje.

Conclusión

La conclusión es la parte final del discurso y tiene la importante tarea de resumir los puntos principales, reforzar el mensaje clave y motivar a la audiencia a reflexionar sobre el tema y, en algunos casos, a tomar medidas. Para lograr esto, la conclusión puede recapitular brevemente los puntos principales del discurso, destacar la importancia y relevancia del tema, y proporcionar una llamada a la acción o una reflexión final que inspire a la audiencia a pensar y actuar. Es importante que la conclusión sea clara, concisa y memorable, dejando una impresión duradera en la audiencia y reforzando el impacto del discurso.

¿Qué es la Retórica?

La retórica es un arte antiguo que ha sido fundamental en la comunicación humana desde tiempos remotos. La retórica se remonta a la Grecia clásica, donde los filósofos como Aristóteles y Platón estudiaron y enseñaron el arte de hablar en público. Se define como el estudio del uso persuasivo del lenguaje para influir en la audiencia y lograr un determinado objetivo, ya sea informar, persuadir, motivar o entretener.

Qué es la retórica

Se define como el estudio del uso persuasivo del lenguaje para influir en la audiencia y lograr un determinado objetivo, ya sea informar, persuadir, motivar o entretener. La retórica se centra en la estructura, el estilo y el contenido del discurso, así como en el uso efectivo de herramientas como la metáfora, la analogía y la ironía para transmitir el mensaje de manera más efectiva.

Importancia de la Retórica

La retórica juega un papel vital al facilitar una comunicación eficaz y persuasiva en diversos escenarios y entornos. Quienes dominan esta habilidad poseen una ventaja notable en la política, los negocios y la esfera social, donde pueden influir en las opiniones y acciones de los demás. Además, en el ámbito académico, la retórica es esencial para argumentar, debatir y exponer ideas de forma clara y convincente.

Técnicas de Retórica

Existen muchas técnicas diferentes utilizadas en la retórica, algunas de las cuales incluyen:

Repetición: La repetición de palabras, frases o ideas clave para enfatizar puntos importantes y mejorar la retención del mensaje.

Analogía: El uso de analogías o comparaciones para hacer conceptos abstractos más comprensibles y accesibles para la audiencia.

Metáfora: El uso de metáforas para crear imágenes vívidas y evocadoras que captan la imaginación de la audiencia y refuerzan el mensaje.

Ritmo y cadencia: El uso del ritmo y la cadencia del discurso para mantener el interés de la audiencia y hacer que el mensaje sea más memorable.

Ironía: El uso de la ironía para resaltar contradicciones o hipocresías en el argumento del oponente y hacer que el propio argumento sea más convincente.

Lógica y argumentación: El uso de la lógica y la argumentación para respaldar los puntos del discurso con evidencia sólida y convincente.

Aplicaciones de la Retórica

Aplicaciones de la retórica

La retórica se aplica en una variedad de contextos y situaciones, incluyendo discursos políticos, presentaciones de ventas, debates académicos y discusiones informales. En cada caso, el objetivo es persuadir a la audiencia y lograr un determinado objetivo, ya sea convencer a los votantes de apoyar a un candidato político, persuadir a los clientes de comprar un producto o convencer a los colegas de adoptar una determinada estrategia.

Conclusión

En resumen, la oratoria, la retórica y la estructura de un discurso son herramientas poderosas que pueden ayudarte a hablar con éxito en público y tener un impacto duradero en tu audiencia. Al dominar estas artes y técnicas, puedes influir en los demás, inspirar cambios y dejar una impresión duradera en tu audiencia.

Por ello, te invitamos cordialmente a unirte a nuestro Curso de Oratoria en línea, donde no solo adquirirás conocimientos teóricos, sino que también desarrollarás habilidades prácticas para destacarte como un orador persuasivo y efectivo. Descubre cómo influir en los demás, inspirar cambios y dejar una impresión duradera en tu audiencia.

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Redacción y Ortografía: Claves para una Comunicación Efectiva

En un mundo donde la comunicación escrita se ha vuelto omnipresente gracias a la tecnología y las redes sociales, la importancia de la redacción y la ortografía adecuadas nunca ha sido tan evidente. Estas habilidades no solo son esenciales en entornos académicos y profesionales, sino que también juegan un papel crucial en nuestra comunicación diaria.

¿Qué es la Redacción?

Qué es la Redacción

La redacción es el arte de expresar ideas, pensamientos o información de manera clara, coherente y efectiva a través de la escritura. Es una habilidad fundamental en la comunicación escrita, ya que permite transmitir mensajes con precisión y persuasión.

En el proceso de redacción, se seleccionan las palabras adecuadas y se organizan en oraciones y párrafos de manera estructurada, con el objetivo de comunicar el mensaje de forma comprensible para el lector. Esto implica tener en cuenta aspectos como la gramática, la ortografía, la sintaxis y el estilo, así como adaptarse al público al que se dirige el texto.

La redacción no se limita únicamente a la escritura creativa o literaria, sino que abarca una amplia gama de géneros y formatos, como ensayos, informes, cartas, correos electrónicos, artículos periodísticos, entre otros. Cada uno de estos géneros tiene sus propias convenciones y características particulares que deben ser tenidas en cuenta al redactar.

Una buena redacción se caracteriza por su claridad, precisión y coherencia. El texto debe ser fácil de entender, evitando ambigüedades y redundancias, y manteniendo una estructura lógica que facilite la comprensión del mensaje. Además, la redacción eficaz puede captar la atención del lector y persuadirlo de manera efectiva.

¿Qué es la Ortografía?

Qué es la Ortografía

La ortografía es el conjunto de normas y reglas que rigen la correcta escritura de una lengua. Es una disciplina esencial en la comunicación escrita, ya que garantiza la comprensión y la coherencia en el intercambio de ideas. Sin una ortografía adecuada, el mensaje puede perder claridad y credibilidad.

La ortografía abarca diversos aspectos, desde la correcta utilización de las letras y los signos de puntuación hasta la adecuada acentuación de las palabras. También incluye el conocimiento de las reglas gramaticales y la aplicación de las convenciones establecidas por la academia correspondiente a cada idioma.

Uno de los principales objetivos de la ortografía es asegurar la uniformidad en la escritura, permitiendo que las personas puedan entenderse entre sí sin ambigüedades ni malentendidos. Además, contribuye a preservar la riqueza y la diversidad de una lengua, al evitar que se produzcan cambios arbitrarios o incorrectos en su estructura y su uso.

Aunque la ortografía puede parecer un aspecto trivial en la comunicación, su importancia radica en su capacidad para transmitir eficazmente el mensaje deseado. Una buena ortografía no solo demuestra cuidado y respeto por el idioma, sino que también facilita la comprensión y el intercambio de ideas entre las personas.

Importancia de la Redacción y la Ortografía

La redacción, la habilidad para expresar ideas de manera coherente y persuasiva, y la ortografía, la correcta estructuración de las palabras, son pilares fundamentales de la comunicación escrita. Aquí te presentamos algunos puntos clave sobre por qué estas habilidades son tan importantes:

1. Claridad y Comprensión: Una comunicación escrita clara y bien redactada garantiza que nuestro mensaje sea entendido correctamente por nuestros lectores. La correcta estructuración de las oraciones y la elección adecuada de palabras contribuyen a una comunicación más efectiva y evitan malentendidos.

2. Credibilidad y Profesionalismo: La presencia de errores ortográficos y gramaticales puede socavar nuestra credibilidad y profesionalismo. Una comunicación escrita impecable transmite una imagen de competencia y seriedad, lo que es crucial en entornos profesionales y académicos.

3. Impacto y Persuasión: La habilidad para expresar ideas de manera clara y persuasiva es invaluable en muchos aspectos de la vida. Ya sea en la redacción de un ensayo, la presentación de un proyecto o la redacción de un correo electrónico, la capacidad para persuadir a través de la escritura es una habilidad que puede abrir puertas y generar oportunidades.

4. Autoexpresión y Creatividad: La redacción nos permite expresar nuestras ideas, pensamientos y emociones de manera creativa y personal. A través de la escritura, podemos explorar nuestra propia voz y desarrollar un estilo único que refleje nuestra personalidad y perspectivas.

5. Desarrollo Personal y Profesional: Mejorar nuestras habilidades de ortografía y redacción no solo beneficia nuestra comunicación con los demás, sino que también contribuye a nuestro desarrollo personal y profesional. La capacidad para comunicarnos de manera efectiva es una habilidad transferible que nos servirá en todos los aspectos de la vida.

Importancia de la Redacción y la Ortografía

Cómo Mejorar la Redacción: Elementos Clave y Consejos Prácticos

Cómo mejorar la Redacción

La capacidad de redactar textos de manera efectiva es una habilidad invaluable en todos los ámbitos de la vida, ya sea en la escuela, el trabajo o la comunicación personal. Una buena redacción no solo implica la elección adecuada de palabras, sino también una estructura organizada que guíe al lector a través del contenido de manera clara y coherente.

Aquí presentamos algunos elementos clave y consejos prácticos para estructurar una buena redacción:

1. Título Atractivo

El título es la primera impresión que tendrá el lector de tu texto. Debe ser atractivo, conciso y relevante al contenido del texto. Un buen título puede captar la atención del lector y despertar su interés en seguir leyendo.

2. Introducción Impactante

La introducción establece el tono y el contexto para el resto del texto. Debe ser breve pero impactante, presentando el tema principal y capturando el interés del lector desde el principio. Puedes utilizar una cita, una estadística sorprendente o una anécdota relevante para iniciar tu introducción de manera efectiva.

3. Declaración de Tesis Clara

En textos argumentativos o persuasivos, es fundamental incluir una declaración de tesis clara y precisa al final de la introducción. Esta declaración resume el punto principal del texto y establece la dirección que seguirá el desarrollo del mismo. Debe ser específica y debatible para generar interés y debate.

4. Desarrollo Lógico y Coherente

El cuerpo del texto es donde se desarrollan y respaldan las ideas presentadas en la introducción. Cada párrafo debe centrarse en un punto principal y estar respaldado por evidencia o ejemplos relevantes. Es importante mantener una estructura lógica y coherente, utilizando transiciones adecuadas para guiar al lector de una idea a la siguiente de manera fluida.

5. Uso Adecuado de Párrafos y Viñetas

Los párrafos y viñetas ayudan a organizar y estructurar el texto, facilitando la lectura y la comprensión. Cada párrafo debe abordar una idea o tema específico, y las viñetas pueden utilizarse para resumir información o destacar puntos clave. Es importante mantener la coherencia en la longitud y el formato de los párrafos para evitar confusiones.

6. Conclusión Concisa y Contundente

La conclusión resume los puntos principales del texto y cierra de manera efectiva el argumento o la discusión. Debe ser concisa y contundente, reafirmando la tesis y brindando una reflexión final sobre el tema. Puedes utilizar la conclusión para destacar la importancia del tema o hacer una llamada a la acción para el lector.

7. Revisión y Edición Cuidadosas

Por último, pero no menos importante, es crucial revisar y editar tu redacción cuidadosamente antes de finalizarla. Busca errores gramaticales, ortográficos y de puntuación, y asegúrate de que la estructura y el flujo del texto sean coherentes y efectivos. Tomarte el tiempo para revisar y pulir tu redacción puede marcar la diferencia entre un texto mediocre y uno excelente.

Una buena redacción requiere más que simplemente elegir las palabras correctas. La estructura adecuada es fundamental para guiar al lector a través del contenido de manera clara y coherente. Al seguir estos consejos y prestar atención a los elementos clave de la estructura de la redacción, puedes mejorar significativamente la calidad y la efectividad de tus escritos.

Reglas básicas de Ortografía

Reglas Básicas de Ortografía

La ortografía es una herramienta fundamental en la comunicación escrita que garantiza la claridad y la comprensión entre emisor y receptor. Dominar las reglas básicas de ortografía es esencial para escribir con precisión y profesionalismo en cualquier contexto, ya sea académico, profesional o personal. Aquí te presentamos algunas reglas fundamentales de ortografía que te ayudarán a mejorar tus habilidades de escritura y evitar errores comunes:

1. Acentuación de palabras: Según su acento, las palabras se dividen en:

a) Agudas, cuyo acento recae en la última sílaba: mamá, amor, azul, canción, frijol.

b) Graves o Llanas, las que tienen acentuada la penúltima sílaba: mesa, Jaime, día, árbol, casa, mía.

c) Esdrújulas, cuya sílaba fuerte es la antepenúltima: sábana, prójimo, penúltima, pájaro, ácido.

d) Sobreesdrújulas, aquellas cuya sílaba anterior a la antepenúltima es la que se pronuncia con mayor intensidad: castíguesele, cómpresela, entréguemelo, devuélvasele, recítenoslo.

2. Uso de la letra “H”: La letra «h» no tiene sonido en español latino. Se utiliza en las voces que empiezan con los diptongos ia, ie, ua, ue, ui. Antes de las combinaciones idr, ip, igr, og, olg, osp, erm, ern, orr. Se exceptúan ipecacuana, ogro, ermita, Ernesto, Olga, y algunas palabras que empiezan con la combinación umb, como umbral, umbrío, etc.

3. Uso de la letra «C»: La letra “c” tiene dos sonidos: Fuerte (como q o k), cuando antecede a un a consonante o a las vocales a, o, u, como en casa, Claudia, cuidada. Suave (como s), cuando va antes de “e” o “i”, como en despacio, hacia, cerro.

4. Uso de la letra “S”: En general, se escriben con “s” los sustantivos terminados en sión cuando están relacionados con adjetivos terminados en so: extensión, de extenso; impresión, de impreso; confusión, de confuso, etc.

Las sílabas iniciales que terminan con el sonido de s, como abs, cons, des, dis, obs, pers, subs o sus, trans o tras.

Los adjetivos abundanciales (que indican gran cantidad de algo) terminados en oso y osa, con sus derivados y plurales: impetuoso, tenebrosa, mentiroso, precioso, silenciosa.

5. Diferencia entre «B» y «V»: En español latino, la «b» y la «v» tienen el mismo sonido.

Se escriben con “b” las palabras en que el sonido de /b/ vaya antes de otra consonante, como en las sílabas bla, ble, bli, blo, blu, bra, bre, bri, bro, bru y en palabras como abyecto, obvio, submarino, obstruir, abdicar, objeto, abstraer, etc.

Se escriben con “v” las palabras (casi todos adjetivos) terminadas en ava, ave, avo, eva, eve, evo, iva, ivo, y sus derivados y compuestos. Excepciones: árabe y sus compuestos, y los adjetivos formados con el sustantivo sílaba.

6. Uso de la letra «Y»: Se escriben con “y” las palabras en que este sonido sigue a los prefijos ad, dis y sub: coadyuvar, disyuntiva, subyugar, subyacente.

Las formas de plural cuyo singular termina por el fonema “i” (escrito y): reyes (de rey), bueyes (de buey). Todas las formas verbales cuyo infinitivo no lleva “y” ni “II”. Ejemplos: sustituyo, sustituye, sustituyendo, sustituyese, de sustituir; instruye, instruyo, instruyendo, de instruir; concluye, de concluir.

Las voces que llevan la sílaba yec y las palabras que empiezan por yer, como en trayecto o yerto.

Cuando la “y” va sola y tiene sonido vocal de “i”, es decir, cuando desempeña el papel de conjunción.

Las palabras que terminan con sonido vocal “i” sin acentuar, como en estoy y muy.

7. Uso de «Ll»: Se escriben con “ll” las terminaciones de los diminutivos en illa e illo, así como la mayor parte de los sustantivos terminados en alla, allo, ello, ella, illo, illa, con sus derivados y compuestos. Sin embargo, hay numerosas excepciones: bayo, arroyo, cayo, apoyo, hoyo, zarigüeya, poyo (banco de piedra), plebeya.

8. Uso de la letra «G»: Se escriben con “g” delante de “e” o “i” las palabras que empiezan con geo: geografía, geometría, geología, geodesia, etc.

Las palabras que llevan la sílaba gen, ya sea al principio, en medio o al final: ingenio, gendarme, octogenario, aborigen.

Las palabras terminadas en gia, gio, gión, gional, gionario, gioso, gírico.

Nota: Los sonidos ja y jo jamás se escriben con g, como en escoja, o exijo.

9. Uso de la letra «J»: Se escriben con “j” delante de “e” o “i” los sonidos je y ji de los verbos cuyo infinitivo no tiene g ni j. Ejemplos: decir — dije, dijimos, dijeron, traer — traje, trajimos, trajeron.

Las palabras terminadas en je, jero, jería y jín. Se exceptúan auge, cónyuge, esfinge, faringe, laringe, magín (imaginación, mente) y algunas más.

Las terminaciones aje, ije, eje. Se exceptúa ambages, que solo se usa en plural.

10. Uso de la letra «Q»: Se escriben con “q” las palabras que tienen el sonido fuerte «ke«, «ki«, escribiéndose siempre una “u” después de la “q”: quien, que, esquiar, equino, Enrique.

11. Uso de la letra «X»: La letra «x» puede representar el sonido de «ks» o «gs» en algunas palabras. Ejemplo: «examen», «excepción». Casi siempre antes de cr, pía, pli, pío, pre, pri y pro.

12. Uso de la letra «Z»: La letra «z» se utiliza en los sustantivos terminados en anza y azgo: noviazgo, danza, alianza, hartazgo, balanza, hallazgo. Los nombres abstractos terminados en ezo, eza, como timidez, belleza, simpleza, palidez, esbeltez.

13. Diptongos e hiatos: Se forma un diptongo cuando una vocal fuerte (a, e, o) se junta con una vocal débil (i, u) en una misma sílaba, mientras que se forma un hiato cuando dos vocales fuertes o una fuerte y una débil no se unen en la misma sílaba. Ejemplo de diptongo: «ciudad», ejemplo de hiato: «poesía».

Curso de Ortografía y Redacción

Dominar estas reglas básicas de ortografía y redacción es fundamental para comunicarse de manera efectiva en cualquier contexto. Al dedicar tiempo y esfuerzo a mejorar estas habilidades, podemos fortalecer nuestra comunicación escrita y abrir nuevas oportunidades en el mundo que nos rodea.

Nuestro curso de Redacción y Ortografía está diseñado para ayudarte a dominar estas habilidades vitales. Con una combinación de teoría y práctica, aprenderás las reglas fundamentales de la ortografía y la gramática, así como técnicas avanzadas de redacción para mejorar la claridad y el impacto de tus escritos.

Así que la próxima vez que te sientes frente al teclado, recuerda la importancia de la ortografía y la redacción. Estas habilidades no solo te ayudarán a comunicarte de manera más efectiva, sino que también te abrirán puertas y te permitirán alcanzar tus metas personales y profesionales.

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